Byron J Picado Molina <byron22359@yahoo.com>
La meditación de la Nueva Era es una flecha que vuela hacia el Cosmos. En el pasado, la meditación era adoración, deseo, aspiración y devoción. En la Nueva Era, será pensamiento, síntesis, alegría, bienaventuranza, trabajo y sacrificio, planteando la cuestión a la luz de nuestra más alta tensión intelectual y extrayendo la respuesta, la solución de nuestras necesidades, de las profundidades de nuestra Alma.
El tema de nuestra meditación no será personal sino global, un tema que pertenezca a toda la humanidad, o incluso a todos los reinos del globo, y cada cuestión personal nuestra será considerada desde el punto de vista de la necesidad global, de la respuesta global. En el pasado, éramos egoístas. Alzábamos muros entre hombre y hombre, entre nación y nación, entre raza y raza. Creábamos contaminación en nuestros mundos físico, emocional y mental. En la Nueva Era estamos obligados a eliminar estos muros y esta contaminación en el sendero de nuestra supervivencia y liberación.
En la historia de la humanidad, sólo ahora sentimos el hecho de que el hombre, los grupos, las naciones no son islas sino células del enorme cuerpo de la humanidad, y que es condición de la humanidad que decida el destino de cada célula. He aquí por qué en la Nueva Era, las almas de la nueva Era meditarán sobre cuestiones universales, sobre problemas universales, para eliminar si es posible la miseria que nos acarreáramos. A veces, la gente piensa que los de la nueva Era son los jóvenes, o los niños del mundo, porque presumen que cada nueva era produce su propia cosecha. Esto no es así. En el pasado, tuvimos gente que estaba 3000 años delante de nosotros en su pensar.
Ser de la Nueva Era nada tiene que ver con la edad de una persona sino con la actitud mental y la comprensión. Ser joven no significa que usted pertenezca a la Nueva Era. No es la edad del cuerpo la que decide el tipo, sino la consciencia. Si la conciencia actúa en armonía con el Plan; si su vida en conjunto refleja su conciencia; si usted piensa y actúa en términos de una sola humanidad, de un solo mundo; Si usted siente que no pertenece a sí mismo sino a la humanidad; si usted desarrolla y extiende sus facultades intelectuales y a ello iguala sus cualidades del corazón, su amor y compasión por la vida como un todo; si usted trata de transfigurar su personalidad a través del recto vivir, del recto sentir, del recto pensar y del recto discriminar; si usted ahorra su tiempo, su energía y su dinero para consagrarlos al bienestar de la humanidad; si usted disipa el temor, el odio, los celos y el crimen a través de su propia vida y sus propios pensamientos; si usted construye puentes entre hombre y hombre, entre nación y nación, y piensa en el bien supremo para la humanidad; si usted expande su horizonte hacia el Cosmos, y ahonda su humildad a la luz del Cosmos; si usted está agradecido a la Existencia como un todo, y puede entender a las flores, a los árboles, a los pájaros, a los seres humanos en su amor... entonces usted es un hombre de la Nueva Era, un hijo de la Nueva Era, y está en el Sendero hacia el Cosmos.
Existe un llamado, un llamado en pos de más luz, de más amor y de más belleza. Quienes oyen este llamado, y responden, entran en el sendero del esfuerzo, en el sendero del servicio, y en el sendero de la alegría. El sendero de la meditación es el sendero del esfuerzo, del servicio y de la alegría. Este gran llamado es el llamado de nuestra esencia más recóndita. Es un llamado de liberación, de libertad, de remisión. El fuego creador que está dentro de nosotros quiere dominar a sus vehículos, conducirlos hacia la transfiguración, de modo que su gloria brille en el mundo como gran belleza, como gran amor y alegría, y luego extienda su belleza, su amor y alegría hacia toda la humanidad, hacia todo el sistema solar... hacia el Cosmos, a través de una vida de sacrificio y servicio. Todos los que respondieron a este llamado se convirtieron en fuentes de belleza, amor y alegría. Lo mejor que tenemos en nuestra cultura es el regalo de tales hombres. Ellos se convirtieron en un "sendero por el cual el hombre puede triunfar". Sus visiones supremas están aún vivas en el gran espacio materno como formaciones magnéticas y radiactivas, como grandes ideas, como grandes formas-de-pensamiento. En cualquier tiempo en que el hombre eleve su conciencia a través de la meditación y se sintonice con estas grandes visiones, empieza a impresionar su cerebro, creando grandes bellezas y visiones similares para el gran avance y empeño hacia la perfección. Detrás de este llamado está también la totalidad del Plan de los grandes Iluminados. Quienes están en el Sendero de la evolución cósmica como ardientes pilares de luz, como doradas puertas de la libertad.
La meditación es una de las ciencias máximas que pueden salvar a nuestro planeta de la destrucción total y convertirlo en una estación de la hermosura a través de la cual el hombre puede tomar contacto con la hermosura del Cosmos. Es la ciencia de la manipulación de la energía, de acuerdo con la Voluntad de la Vida Cósmica. Los pensamientos reales son formulaciones de esta Voluntad, en el hombre, en el planeta, en el sistema solar y más allá. Son de naturaleza eléctrica, y tienen un efecto tremendo sobre los elementos y los reinos de nuestro globo. Sólo a través del USO CORRECTO de las potentes energías de la mente podremos impedir la destrucción total y entrar en la puerta de la Nueva Era.
La meditación, en la Nueva Era, será un trabajo para revelar las leyes de la supervivencia para toda la humanidad, para crear un mundo en el que el hombre florezca hasta su más alta potencialidad. En el pasado, la meditación se efectuaba para la salvación personal, para la satisfacción personal. En la Nueva Era, es para toda la humanidad, para todos los reinos. La meditación en la Nueva Era es pensamiento creador a través de la luz de la intuición y de conformidad con el Plan Divino. En la Nueva Era, la meditación implicará no sólo los esfuerzos místicos de la humanidad, sino que también implicará los campos político, educativo, filosófico, artístico, científico, religioso y económico; creará armonía dentro y entre todos estos campos bajo el ritmo del Plan Divino, de la Voluntad Divina. Así, la meditación será no sólo ganar discriminación, tomar contacto con grandes poderes, tener inspiración y alegría, sino también hacerlos bajar a la vida práctica, transformar nuestra vida en todos los niveles, curando las heridas de la humanidad, construyendo puentes y revelando la unidad, la síntesis detrás de toda creación.
La meditación nos introduce en la libertad, y en vez de ser esclavos de nuestros puntos de vista y deseos egocéntricos, nos convertimos en parte o incluso en uno solo con el punto de vista cósmico. Así ayudamos a poner fin a la miseria de todas las civilizaciones anteriores, civilizaciones que brotaron de las lágrimas, del sufrimiento, del dolor y de la sangre humanos.
La meditación es un proceso de florecimiento interior, un proceso de carga de nuestros vehículos con energía espiritual. Esta energía regenera nuestro cuerpo, limpia el vehículo emocional, y purifica nuestra mente, y como resultado nuestro cuerpo físico aparece más joven y se vuelve radiactivo, nuestro corazón entra en la paz, y nuestra mente se agudiza y vuelve más inclusiva. Es un hecho que las emociones negativas desgastan nuestro cuerpo y que las preocupaciones, el pensamiento separativo y egoísta nublan nuestras mentes. La meditación libera luz sobre estos tres niveles y empezamos a regenerar nuestros vehículos e irradiar vitalidad, paz y serenidad. La meditación nos capacita más en nuestros deberes y trabajos diarios, porque acrecienta nuestro recto juicio, agudiza nuestro poder de observación, aumenta nuestro control sobre el cuerpo, apresura nuestras acciones y las vuelve más precisas.
Fuente: La Luz Diamantina (cap. XI)
Francisco Redondo Segura
Byron Picado Molina
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)