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La
apitoxina es el
veneno secretado por las
obreras de varias
especies de
abejas, que lo emplean como medio de defensa contra
predadores y para el combate entre abejas. En las especies venenosas, el
ovipositor de las obreras se ha modificado para transformarse en un
aguijón barbado.
La apitoxina no es una sustancia simple, sino una
mezcla relativamente compleja. Aunque los efectos suelen atribuirse a la
acidez del
compuesto, en realidad el
ácido fórmico apenas está presente, y sólo procede de una de las dos glándulas implicadas en la secreción del veneno. Una de estas secreciones es ácida. No obstante, la más activa de ellas aparece como un líquido fuertemente
alcalino formado por una mezcla de
proteínas, principalmente el
polipéptido citotóxico melitina (
fórmula química:
C131H229N39O31).
La apitoxina se emplea a veces
medicinalmente —en la llamada
apiterapia o
apitoxoterapia—, como tratamiento complementario o alternativo, para el alivio sintomático del
reumatismo y otras afecciones articulares, por las pretendidas propiedades
antiinflamatorias del péptido 401, la apamina, eficaz supresora del dolor, analgesico y la melitina, que actúa sobre el sistema inmunológico corrigiendo ataques de anticuerpos hacia las articulaciones y mielina.
[editar] Biosíntesis
La apitoxina es segregada por los ejemplares hembra de varias especies de abeja, que utilizan el ovipositor para inocularla. No sólo las obreras disponen de ella, sino también las
reinas, aunque es raro que éstas empleen su aguijón.
La secreción proviene de varias glándulas ubicadas junto a la base del aguijón; éstas están compuestas de
células dotadas de canalículos, y morfológicamente recuerdan a dos sacos unidos a tubos cilíndricos, que conducen la secreción hasta el extremo del aguijón. La configuración exacta varía; en las
Apinae,
Andrenidae y
Bombinae los tubos se unen cerca de su origen, mientras que en
Vespinae,
Polistinae y
Eumeninae desembocan por separado. A su vez, en
Sphecinae,
Phylantinae y
Cabroninae presentan ramificaciones. Una delgada cutícula aísla el veneno secretado de los
tejidos sensibles.
Además de los tejidos secretores ubicados en la sección tubular, las abejas poseen un segundo grupo secretor, llamado glándulas sinuosas, que en algunas especies aparece
morfológicamente integrado.
[editar] Composición
El efecto fundamental del veneno es citotóxico, destruyendo las membranas celulares e induciendo a los
receptores de dolor a
percibir un daño mayor del que realmente se ha infligido. Las glándulas sinuosas, a su vez, producen una toxina ácida.
[editar] Toxicología
En estado puro, la apitoxina es un líquido incoloro, amargo y ácido (
pH 4,5 a 5,5), con un
peso específico de 1,1313. Es hidro- y ácidosoluble, pero insoluble en
alcohol.
Las toxinas liberadas por la abeja provocan dolor e irritación, pero no daño sustancial. Sin embargo, las pequeñas concentraciones de histamina pueden verse amplificadas por la secreción de la misma en las células afectadas del individuo atacado. Esto puede desencadenar un
shock anafiláctico, sea instantáneamente o hasta 24 horas después de la picadura; los síntomas incluyen el ahogo,
asma, taquicardia, cianosis y pérdida de conciencia. En individuos particularmente sensibles o afectados por numerosas picaduras puede provocar la muerte. Alrededor de un 2% de la población es sensible a la apitoxina, pero sólo un 0,05% se estima que sufre sensibilidad extrema.
[editar] Tratamiento
En la mayoría de los casos, la dosis inyectada por la picadura no requiere tratamiento específico. Es conveniente retirar el aguijón, sin embargo; su estructura barbada hace que quede clavado a la piel del individuo que recibió la picadura, junto con el sistema glandular que secreta la toxina, y la actividad refleja de su estructura muscular continúa inoculando el veneno. El aguijón debe retirarse sin hacer presión sobre las glándulas adheridas, para evitar vaciar por completo las mismas en la zona afectada.
El tratamiento en casos agudos requiere la aplicación de un antihistamínico, como la difenhidramina, un antiinflamatorio de acción rápida (corticoesteriode) como la dexametazona y de hasta medio centímetro cúbico de epinefrina 1:1.000. Este tratamiento, sin embargo, sólo debe llevarse a cabo por un profesional médico, que puede recetar también un agente simpaticomimético como el metaraminol.
La inmunización es el único remedio de largo plazo; se efectúa mediante la aplicación reiterada de dosis pequeñas de veneno. Aunque no es posible lograr la inmunidad completa, es posible sin embargo reducir de manera muy acentuada la sensibilidad.
La apitoxina ejerce acción analgésica y antiinflamatoria. Esto impulsó el uso de este veneno como terapia alternativa en casos de reumatismo. Además, ha mostrado algunas propiedades inmunoactivantes, lo que favoreció su experimentación como coadyuvante en la
esclerosis múltiple. Sus efectos sobre la salud aún no han sido objeto de estudio sistemático, por lo que no esta autorizada como medicamento.
La homeopatía usa dosis de apitoxina de 0,5 ml que contiene unos 500 gamma o microgramos que corresponden al veneno de 5 abejas obreras adultas.
[editar] Enlaces externos
[editar] Referencias
- Britto, F. B.; Caetano, F. H. (2005). «Ultramorphological analysis of the venom glands and their histochemical relationship with the convoluted glands in the primitive social paper wasp Polistes versicolor». Journal of Venoms and Animal Toxins including Tropical Diseases 11 (2). pp. 160-174.
- Uodgson, N. B. (1955). «Bee venom: its components and their properties». Bee World 3 (6). pp. 217-222.