PPS de Todos

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 Entrevista a Carlos Saint James, presidente de Cader.

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-¿En qué momento está la industria de las energías renovables?
-Es una industria que todavía no llegó, de la que recién dentro de tres años se va a hablar. Igualmente, es la de mayor crecimiento del mundo.
Según un reciente estudio holandés, para el 2020 va a ser la tercera más grande en el mundo.
Argentina, por ejemplo, tiene una de las más grandes reservas de litio en el mundo. Cuando el mundo se dé cuenta de que hace falta litio porque los autos van a ser eléctricos y a batería, de repente otra vez la Argentina podrá decir: "Ah, yo tengo de eso". Recién dentro de cinco años se va a hablar del litio. Hay que tener en cuenta que en los últimos cinco años la industria de las energías renovables creció, a nivel mundial, a una tasa del 56%.
 
-¿Qué sucede en América Latina?
-En Latinoamérica la tasa de crecimiento es del 145%. En Argentina está creciendo a paso mucho más lento y acá están las malas noticias: el año pasado se invirtieron 12.000 millones de dólares en América Latina en energía renovables y 10.000 millones fueron a Brasil. ¿Por qué? Brasil recibe el dinero porque logró convencer al mundo de que sus políticas son consistentes.
 
-¿Qué potencial tiene Argentina en energías renovables?
-En la Patagonia hay condiciones tremendamente buenas de viento; a los europeos se les cae la baba porque no tienen ningún lugar así, con tanta calidad y cantidad.
En la parte solar, en el Noroeste argentino, las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, están entre los tres mejores lugares del mundo para desarrollar energía solar.
 
-¿Y el resto del país?
-Toda la cordillera tiene potencial geotérmico: con el vapor que sale del suelo hacés girar un motor y con eso hacés electricidad con una fuente renovable que no contamina.
También está la biomasa, en lugares boscosos como la Mesopotamia: se quema la madera y con ese calor se hace electricidad; es un método a la antigua con mayor tecnología y es renovable porque la madera sigue creciendo, sólo que hay que consumir en un tiempo determinado para dejar que vuelvan a crecer los bosques, ahí entran las regulaciones estatales.
 
-¿Qué fue lo que se hizo hasta ahora?
-Sin grandes esfuerzos el país es el número uno entre los exportadores de biodiésel y el quinto productor más grande del mundo, detrás de Alemania, Estados Unidos, Francia y Brasil.
Entre los veinte primeros los que están son básicamente todos países europeos, más Estados Unidos y Brasil, con el beneficio de un marco legal coherente, subsidios y financiamiento, mercados grandes e incentivos para crecer.
Argentina no tiene nada de eso: nadie pone dinero y el marco legal es pobre. Sin embargo, es el quinto productor y si hubiera financiamiento o inversión sería ya el número uno.
 
-¿Por qué dice que las energías renovables es "lo que se viene"?
-A medida que empiezan a caer las reservas de petróleo en el mundo, ¿qué lo va a reemplazar? Ahí entran las energías renovables, que es un tema amplísimo. Es una industria que va a reemplazar la industria de fósiles. El consumo de energía del mundo desarrollado es asombroso.
A su vez, los países en desarrollo, como la Argentina, consumen mucha más energía para crecer.
Es muy importante que encontremos soluciones energéticas y ahí está la gran ventaja de la Argentina. Por ejemplo, Argentina nada en soja, que se usa para hacer biodiésel.
 
-¿Puede dar un ejemplo concreto sobre el beneficio de las energías renovables?
-Claro. El gran derrame que hizo British Petroleum (BP) en el Golfo de México: si hubiera sido de biodiésel, en media hora se empieza a desarmar porque es biodegradable, y además no mata a los animales. Es uno de los mejores argumentos para tener biodiésel en lugar de petróleo.
Si Argentina tiene hambre y quiere volver a ser un país grande y respetado, no hay una mejor industria para llegar a eso que la de energías renovables. Potencialmente el país es un gran exportador de energía limpia.
 
-¿Qué porcentaje de energías renovables utiliza actualmente la Argentina?
-Uf, menos del 1% de la matriz energética. En el futuro cada casa va a ser autosuficiente energéticamente porque va a tener panales solares o energía eólica para generar la propia electricidad para sus necesidades e incluso, si tuviera excedente, venderla a la red. El cambio está en pañales y recién se está empezando a ver en el mundo.
 
-¿Cuál es el panorama de la situación de las energías renovables?
-La Argentina aún está muy atrasada en comparación con cualquier otro país. Hoy hay 30 megavatios de energía eólica instalados con parques chicos en Río Negro y Chubut, mientras que en Europa y Estados Unidos hay miles de gigavatios. Es una escala totalmente distinta. El número uno en parques eólicos es Estados Unidos, seguido por Alemania.
 
-Si Argentina tiene tan buenas condiciones, ¿por qué no hay más desarrollo?
-Son inversiones a largo plazo, unos diez años. Un inversor lo que quiere por sobre todo es que el gobierno no le vaya a cambiar la jugada de un momento a otro.
En el mundo está la percepción de que podés apostar por Brasil y vas a estar bien. Es un país asombroso. Desde el punto de vista de recursos naturales energéticos es un sueño. Tiene bastante de todo, está entre los mejores tres del mundo.
Pero si a un extranjero le decís que invierta a diez años en la Argentina te mira y no confía. La Argentina es más un casino y el inversor no busca casino, quiere dormir tranquilo. Elige algo más consistente, donde se pueda planear.
 
-¿Es más caro generar energías renovables, en comparación con las fósiles?
-Es un poco más caro que a partir de fuentes fósiles tradicionales, que son contaminantes. Es un reto equiparar eso. Igualmente, en donde mucho viento se genera existirá un montón de electricidad y es más barato. Es una cuestión de escalas. Hay un montón de variables pero en diez años va a ser lo más barato. Además, el desarrollo de esta industria genera exactamente los puestos de trabajo que cualquiera quiere crear.
 
-¿Cree que la Argentina desaprovechó hasta ahora su potencial?
-Sí, el enorme potencial hasta ahora fue desaprovechado.
Sin embargo la situación parece que empieza a cambiar. Hay algunas iniciativas políticas que insinúan un mejor porvenir. En mayo del año pasado el gobierno lanzó el proyecto de Generación de Energías Renovables (Genren) en el que se licitaron 1.000 MW que serán comprados por el Estado. Y el mercado, ante esta demanda, reaccionó muy bien, ya que ofertó más de 1.400 MW. Esto significa que el Estado, de alguna manera, está impulsando el tema y le está prestando atención. Por ahora las empresas que se involucraron son en su mayoría locales. Vinieron muchos extranjeros a olfatear pero no ofertaron. Los argentinos conocen bien la idiosincrasia, no son tontos: apostaron fuerte porque saben que tiene futuro.
 
-Por ley, en el 2016 el 8% de la matriz energética deberá provenir de fuentes renovables. ¿Se podrá cumplir?
-Es una linda meta que no sé si se va a llegar a cumplir. Igualmente está bueno que se haya puesto. Como hace unos años hubo una ola de inversión en biodiésel, ahora se vienen las inversiones de energía eólica. En los próximos años vamos a escuchar y leer en muchos lugares que se construyen parques eólicos.
 
-¿Cuáles son las cosas que falta resolver para avanzar en este sentido?
-Por ejemplo, que cuanto más al sur se va, mejores condiciones de viento hay. La cuestión es que no llega la red eléctrica, por lo que habrá que ir agregando la infraestructura necesaria para que la distribución llegue al mercado, sobre todo considerando que el mayor consumo está en Buenos Aires.
Otro de los temas es la acumulación de electricidad.
 
-¿Qué pasa en ese sentido?
-La energía fósil se genera y se consume en el momento, mientras que la solar o eólica depende de condiciones naturales y no siempre hay viento o sol. Uno de los puntos débiles es encontrar formas de almacenar esta energía y tener reservas. Por eso lo que también está creciendo es la industria del almacenaje de energía y ahí surge la importancia del litio que mencionaba antes, porque se están inventando las megabaterías.
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